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Expedición Sucre, Sucre a Fondo: La Perla de la Mojana

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En el corazón del Caribe colombiano, el agua no solo moldea el paisaje, sino también la vida y la cultura de sus habitantes. Es como el útero de una mujer, fuente de vida, abrigo, fuerza y resiliencia. El municipio de Sucre, Sucre, conocido como la perla de la Mojana, es un símbolo de resiliencia, donde la riqueza de sus ecosistemas acuáticos y la conexión profunda con la naturaleza definen la cotidianidad.

Expedición Sucre, Sucre a Fondo: La Perla de la Mojana

En este municipio, como muchos otros en Colombia, el tiempo parece detenerse y la naturaleza susurra sus secretos a quien sepa escucharla, despliega su magia a quien sepa verla con asombro y sentirla con ese corazón senti-pensante que Fals Borda descubrió en los pobladores de La Mojana; una ecorregión con una vasta extensión de humedales, caños, playones tierras fértiles, fauna y flora nativas, que abarcan parte de los departamentos de Sucre, Bolívar, Córdoba y Antioquia.

El equipo del Fondo Adaptación emprendió esta expedición con el Plan Nacional de Desarrollo como brújula, y con un equipo de arquitectos, planificadores especialistas en desarrollo urbano, geógrafos, cartógrafos y ambientalistas y preparado previamente para encontrarse con esa ruta de aguas crecidas, de caños que conectan toda la región, para reconocer sus dinámicas y pensar soluciones basadas en la naturaleza que permitan proponer, planificar y apoyar la estrategia de ordenar el territorio alrededor del agua como eje estructurante para la adaptación climática en esa región.

Ese grupo de expedicionarios, cada uno desde su visión y experiencia, emprendió emocionado, atento y expectante una verdadera aventura para sentir y crear una narrativa que buscaba ser a la vez detallada, sensible, objetiva en sus datos, intuitiva en sus percepciones y muy humana en la relación con esta cultura caribeña alegre, resiliente y fortalecida en su sabiduría natural por la supervivencia diaria y su danza estacional con los cuerpos del agua que les hace la vida difícil y grandiosa al mismo tiempo.

Ferneli una historia de superación y determinación en el Bajo Cauca
Ferneli una historia de superación y determinación en el Bajo Cauca
Ferneli una historia de superación y determinación en el Bajo Cauca

Exploración “A Fondo” por la Mojana Sucreña

La expedición comenzó en Magangué, desde donde navegamos por el río Magdalena y nos adentramos en el río San Jorge, llegando al Caño Mojana. Hicimos paradas en Galindo, Calzón Blanco, El Cedro e Isla Grande, donde los habitantes nos recibieron con su característico calor humano y nos compartieron sus preocupaciones sobre las inundaciones y la necesidad de mejorar sus medios de vida, como la pesca y la agricultura.

En cada punto del recorrido, realizamos una cartografía socioeconómica y ambiental, recogiendo historias, necesidades y aspiraciones de la comunidad. Allí entendimos cómo el agua no es solo un recurso, sino un proceso sistémico que late en cada rincón, en cada gota que cae sobre la tierra que, después de una larga sequía, aún está sedienta.

En diálogos abiertos iniciamos el recorrido recibido por sus pobladores, que con su hospitalidad franqueza y amplio conocimiento de su entorno, nos contaron lo que sería una historia repetida por años a lo largo y ancho de los ríos que bañan esta ecorregión. Nos hablaron sobre la importancia de poder recuperar sus medios de vida tradicional y natural como la pesca, buscando solución a las inundaciones, que, aunque saben que son cíclicas y progresivas, esperan que sean cada vez menos destructivas. Así mismo nos mencionaron, como necesidad primaria, soluciones de viviendas palafíticas o en tambo y la recuperación y mejora de sus instituciones educativas, que resultan fundamentales, pues representan la única esperanza de futuro de para sus hijos.

Así empezamos a registrar de primera mano las necesidades, problemáticas y expectativas que los pobladores han expresado a través de los años, una y otra vez, con la esperanza de recibir una solución o ayuda que se materialice en acciones inmediatas, reales, que alivien su diario vivir y sus necesidades básicas. Con esas primeras impresiones continuamos el recorrido.

El camino del agua, navegar y conocer a fondo el territorio

Amanecer en Sucre, Sucre, es amanecer con el canto de los pájaros que anuncian la mejor hora para abordar de nuevo la embarcación e iniciar el recorrido por el Caño Panseguita, para visitar los asentamientos del Orejero, San Luis y Nariño, en donde teníamos la misión de conocer dos proyectos de viviendas del Fondo Adaptación y parar en el centro poblado.

En el recorrido por los caños que nacen en las riberas del Cauca, encontramos las viviendas aterradas o en palafitos sobre pilotes, como la imagen icónica de esta vida anfibia, de resistencia, resiliencia y adaptación. Estas casas, construidas para resistir las inundaciones, son más que estructuras: representan la búsqueda de una convivencia armónica con el entorno y la preservación de la vida anfibia característica de la Mojana. En la zona de San Luis, los expedicionarios del Fondo Adaptación hicimos una parada en las viviendas de El Progreso, un proyecto de 16 casa, que se ha convertido en referencia de soluciones de viviendas hechas en sitio, y que en esta región permitió a los pobladores mantenerse en su entorno vital, anhelo que prevalece en toda La Mojana, pues la gente tiene la facultad superior y común a todo el territorio de ser resiliente y por esta razón están abiertos y dispuestos a aprender y apropiarse de las soluciones que les permita adaptarse a su entorno sin perder su arraigo. 

Exploración “A Fondo” por la Mojana Sucreña

Durante el tercer día, recorrimos la cabecera municipal que nos hospedaba, visitando otros proyectos de vivienda realizados por el Fondo, como las urbanizaciones de norte a sur: Roma, El Recuerdo, Villa Luz y San Carlos. También visitamos la institución educativa Jorge Eliecer Ulloa, el Hospital Santa Catalina de Siena y terminamos con otros recorridos por el muelle y la zona de expansión urbana establecida en el Plan Básico de Ordenamiento Territorial de 2023.

Los proyectos de vivienda entregados por el Fondo Adaptación en las urbanizaciones Roma, El Recuerdo, San Carlos y Villa Luz, fueron evaluados con sus beneficiarios, quienes en diálogo abierto nos contaron cómo es su diario vivir, como cada mañana salen en sus canoas al amanecer, con redes y atarrayas a pescar, no solo como fuente de alimento, sino también como fuente de ingresos. Cómo de generación en generación han sabido reconocer los ciclos del agua y las especies acuáticas y como alrededor del agua han sabido mantener vivas las costumbres y el respeto por la naturaleza. 

Terminado el recorrido por las poblaciones ribereñas, nos concentramos en el recorrido por la zona urbana, del municipio de Sucre, en el Departamento de Sucre, para recorrer distintas zonas de la cabecera municipal, el hospital Santa Catalina de Sena que el Fondo Adaptación entregó en 2019, así como la escuela Nuestra Señora de Las Mercedes, entregada desde 2016, el muelle de las embarcaciones, y el área de expansión urbana que se había establecido en el PBOT del año 2023.

Al terminar el recorrido, el equipo expedicionario y las autoridades locales, nos juntamos en un diálogo de saberes para hacer el balance de las travesías y compartir desde las distintas experiencias, nuestras primeras impresiones de las necesidades que, esperábamos enriquecer y validar con los principales actores locales y sus autoridades, para llevarnos una panorama amplio, y más cercano de las experiencias de vida campesinas, agrícolas y familiares de estas poblaciones que están en permanente espera de tener soluciones de adaptación y desarrollo que pueda ser sostenible en el tiempo.

La magia es la gente y sus saberes desde tiempos ancestrales

En estos recorridos una impresión constante y abrumadora, es descubrir que las personas son el verdadero corazón y razón del desarrollo sostenible en La Mojana. Personas que viven, sienten y sueñan con un futuro mejor, un futuro donde el medio ambiente y la paz son los pilares que sostienen sus viviendas y sus vidas. Es así como Sucre-Sucre nos muestra a Fondo, una verdadera historia de resiliencia, una historia de agua, tierras y gente, de adaptación, de sueños y esperanzas, que busca ser un canto a la vida, un abrazo a la naturaleza y un susurro de esperanza para quien la lea.

La vida en la Mojana está marcada por costumbres y saberes ancestrales íntimamente ligados a la adaptación de su hábitat y sus modos de vida con el agua y sus ritmos, que fertilizan la tierra en épocas de lluvia, para siembras en las épocas secas. Los mojaneros, han desarrollado una cultura única que refleja la interacción constante con ríos San Jorge, Cauca y Magdalena, que conforman las ciénagas, caños y humedales que año tras año son protagonistas de atención, estudios y estrategias de adaptación.

En toda la Mojana la magia se siente y al recorrer sus caños en Sucre, Sucre, es inevitable imaginar cómo desde la época de la cultura Zenú, las poblaciones indígenas se integraron mágicamente con la naturaleza al dejar trazadas las bases para la adaptación climática. La gente mantiene la conexión con esas formas de adaptación armónicas para vivir en territorios que se inundaban todos los años. Dos mil años después se siente cómo en las llanuras del Caribe colombiano, esa sociedad que con sus saberes dejaron una huella de conocimiento que les han enseñado a los sucreños, por siglos, que las estrategias más exitosas hasta ahora conocidas para adaptarse a la variabilidad climática de la región, las tuvieron los Zenúes y aún hoy tienen sentido.

Los saberes ancestrales de los Zenúes mucho antes de la llegada de los colonizadores, fueron la base de conocimiento para la gestión del agua, con el que desarrollaron un complejo sistema de canales y camellones que les permitió controlar las inundaciones y aprovechar al máximo los recursos hídricos para la agricultura.

Estos conocimientos han perdurado a través de los siglos y aún hoy, los mojaneros los aplican en su vida diaria. La construcción de canales de drenaje y la creación de cultivos flotantes fueron ejemplos claros de cómo los saberes zenúes aún son la solución que parece que dos mil años después, aún es la que tiene sentido. Estos métodos no solo ayudan a mitigar el impacto de las inundaciones, sino que también asegurarían la producción de alimentos durante las temporadas de sequía.

La mujer, líder de la resiliencia ante la variabilidad climática

Exploración “A Fondo” por la Mojana Sucreña

Mientras la lancha nos llevaba por entre los caños, amplios en unos tramos, angostos e invadidos por buchonas, plantas que a la distancia parecen un tapete verde vivo y dominante, que adornan el paisaje, nos vimos de pronto atrapados por ellas, lo que advierte el gran problema de movilidad.

Las inundaciones y sequías son fenómenos recurrentes que ponen a prueba la capacidad de adaptación de sus habitantes. Sin embargo, la resiliencia es una característica inherente a los mojaneros. Durante las temporadas de lluvias intensas, cuando las aguas inundan las ciénagas, las mujeres organizan a la comunidad para proteger sus viviendas y asegurar la supervivencia de su gente y sus animales.

Las mujeres, siempre activas y dispuestas a tomar la palabra en cada población, nos abordaban para expresarnos con absoluta claridad y conocimiento la problemática y las soluciones urgentes, siempre asociadas con la seguridad alimentaria, la educación y seguridad humana de sus hijos, en la recreación y el desplazamiento a sus colegios. Ellas claramente desempeñan un papel crucial en estas estrategias de adaptación, pues son verdaderas guardianas de la familia y del saber tradicional y responsables de gestionar recursos en tiempos de crisis.

En las prácticas agrícolas son valientes emprendedoras, en contravía con una cultura tradicionalmente machista, ellas se impusieron como líderes, voceras y autónomas cuando de tomar las riendas de la familia y exigir sus derechos, se trata. Ellas saben lo que es fluir con los ciclos del agua, se adaptan sin conformarse, resisten las fluctuaciones y aprenden las técnicas de siembra que aprovechan en los periodos de sequía y abundancia.

Riquezas Ecológicas y Biodiversas, fuentes de reactivación para la sostenibilidad

La biodiversidad de la Mojana fue una de las primeras experiencias de asombro que se siente desde que se toca esa gran extensión de tierra multicolor, que recoge todos los verdes y los mezcla con los colores tierra y agua. Los humedales albergan una gran variedad de flora y fauna, incluyendo especies endémicas y en peligro de extinción. Las ciénagas, son santuarios naturales donde aves migratorias encuentran refugio y peces transitan en sus aguas abundantes, que arrastran todo tipo de sedimentos y en especial, el mercurio, producto de la minería, que ha minado literalmente la producción de peces y contaminado el agua para el consumo humano.

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Los manglares y los bosques que bordean los ríos son esenciales para la protección de los suelos y la regulación del clima local. Estos ecosistemas actúan como filtros naturales, lo que debería ser un proceso natural que mantenga la calidad del agua y proporcione hábitats cruciales para una multitud de especies; pero que con los años ha sido alterado por la ambición y el uso inadecuado de la tierra.

Las poblaciones que habitan esa ecorregión y viven de la pesca y la agricultura artesanal, coinciden en que la realidad ha cambiado desde que la minería, la ganadería y la agricultura extensivas, así como el aumento de los fenómenos climáticos han aumentado y afectado el equilibrio y que, sólo con soluciones basadas en la naturaleza y sus ciclos, se puede hacer de esta región la despensa agrícola que se espera sea.

Realidad dura como la fuerza del agua, pero fluida como sus ritmos

Con cada expedición, el Fondo Adaptación espera tejer una red de conocimiento y comprensión, que se entreteja con las historias y realidades de las comunidades Mojaneras. Los grupos de trabajo, con sus distintas ópticas y objetivos, nos sumergimos en el corazón de la región, para escuchar, aprender y compartir abiertos y dispuestos a recibir sus vivencias y conocimientos, con apertura, empatía y compromiso de contribuir a mejorar la realidad actual y la futura de estas poblaciones.

En cada encuentro con las comunidades, las autoridades locales y los representantes de la UNGRD y el PNUD, los expedicionarios del Fondo Adaptación logramos conocer de primera mano las realidades, oportunidades y problemáticas que rodean la vida en Sucre, Sucre, perla de La Mojana. Allí en medio de tanta agua, se comprende la necesidad de declarar el agua como derecho fundamental y bien común, pues eso es inherente a toda la región. El agua es y debe seguir siendo el hilo conductor que guía la planificación y acción hacia una mayor seguridad humana y justicia social.

Conclusiones y Soluciones de Adaptación

Con toda la información recogida, pero sobre todo con el corazón marcado para siempre, entendimos la realidad mágica que nuestro Nobel de Literatura, García Márquez vivió y nos dejó como legado. Esa magia, esas historias romantizadas por los paisajes y los corazones alegres de campesinos, pescadores, poetas, cantores, cuenteros y líderes de esa cultura caribe, nos deja claro que la resiliencia que los identifica es la base para las posibles soluciones de adaptación. Sólo así se pueden enfrentar y sobrellevar esas dificultades con las esperanzas aún vivas, a pesar de tantas promesas, basadas en las investigaciones, estudios y propuestas institucionales y científicas, que oyen año tras año, para encontrar soluciones a lo que no necesita ser resuelto, sino adaptado a la variabilidad climática.

Lo que se requiere es una combinación de estrategias tradicionales y modernas, para hacer posibles soluciones que se adapten a su naturaleza humana y a ese territorio cenagoso, biodiverso y productivo que es La Mojana. La expedición a Fondo en Sucre, Sucre, no termina en el territorio. El equipo continúa organizando toda la información técnica, vivencial y profesional para consolidar un registro minucioso de datos que nos permita encontrar frentes de trabajo y priorizar soluciones con el Plan Nacional de Desarrollo como brújula y el ordenamiento territorial como la ruta del agua.

Oficina de Comunicaciones Fondo Adaptación 

Contacto:

Henny Porras (Periodista)
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Última actualización: 2/5/2025
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