Gracias a este proyecto he recibido la enseñanza necesaria para mejorar la finca a través de programas de fertilización y análisis de suelo, lo cual es bueno para el café y para el terreno
Jairo Hurtado aprendió de su padre el cultivo del café, cuando apenas tenía 12 años. Nació y creció en la Vereda El Mirador del Municipio de Sucre, Departamento del Cauca y con su trabajo, desde muy joven, le ayudó a pagar a cuotas de la finca a su padre.
Los cultivos de café son la pasión de su vida; ellos le han dado las mayores alegrías pero también, tristezas.
Uno de los momentos que no ha podido borrar de su memoria fue el ocurrido en el año 2010, cuando nueve deslizamientos de tierra, producto de la ola invernal, sepultaron tres de sus cuatro hectáreas de café.
“Quedamos en la nada. No sabíamos qué hacer. Para no perder la finca, me tocó irme a raspar coca; fue un tiempo muy duro. Vivía con miedo, en mis días libres regresaba a la finca para tratar de recuperar los cafetales, porque yo quería estar aquí y sabía que cultivando café podría sacar adelante a mi familia y no tenía que depender de nadie”, recuerda.
Atrás quedaron esos tiempos difíciles. Hoy, Jairo, a sus 45 años, vive en su finca con su esposa desde hace 28 años. Ella siempre lo ha alentado a seguir adelante y su hija menor Any Liseth quien recientemente cumplió los 15. Su hijo mayor Jhorvi de 21 años vive y trabaja en Popayán.
Asegura que gracias al apoyo que le dio el Fondo Adaptación mejoró su cultivo, lo tecnificó y hoy su finca es considerada una empresa familiar modelo en la región.
El Proyecto Reactivar Agrícola Cauca asiste a mil familias agricultoras de este departamento, considerado el cuarto productor de café a nivel nacional. También beneficia a productores de limón tahití, cacao, caña panelera y plátano, de los municipios de, Caldono, Miranda, El Tambo, Florencia, Argelia, Balboa, Mercaderes, Buenos Aires, Bolívar, Sucre y Patía, con una inversión, de $6.167 millones.
“Gracias a este proyecto he recibido la enseñanza necesaria para mejorar la finca a través de programas de fertilización y análisis de suelo, lo cual es bueno para el café y para el terreno”, afirmó Jairo.
Asegura que desde que recibe la asistencia técnica del Proyecto Reactivar Agrícola Cauca, ha logrado mayor producción del grano además de mejorar la calidad y comercializar mejor.
Y agrega: “en temporada de cosecha recolecto 600 arrobas en promedio, pero yo recojo café durante todo el año. Definitivamente, la caficultura es un modelo de vida con el que se puede vivir dignamente. El Fondo Adaptación también me ha enseñado algunas buenas prácticas ambientales, para evitar la contaminación del suelo y los arroyos y hacer una buena utilización de los residuos sólidos”.
Como alumno aventajado del proyecto Reactivar Agrícola Cauca, Jairo también se destaca por llevar su contabilidad y archivo en orden, por asociarse con los demás caficultores y por diversificar su oferta, que le ha permitido acceder a nuevos mercados.
Asegura que sí se puede, que todo lo que uno se propone en la vida, se puede lograr”.
Y este es un ejemplo de ello.
