La Mojana es el más grande de los macroproyectos del Fondo Adaptación, la entidad que más ha ordenado el territorio alrededor del agua, con más de 3 Planes de Ordenamiento Territorial con acuerdo (Achí. EOT. Acuerdo N.017 de 2017, ⁠Ayapel PBOT. Acuerdo N.11 de 2015 y San Marcos PBOT. Acuerdo N.001 del 2019) y manejo de cuencas hídricas en esta región compuesta por 11 municipios, ubicados en cuatro departamentos, Sucre, Bolívar, Córdoba y Antioquia.

Este cruce de caminos que despliega dinámicas hídricas de los ríos San Jorge, Cauca y Magdalena, abarca un área de más de 1.100 hectáreas. La superficie de La Mojana cabe 3,6 veces en los Países Bajos. Y es casi 8 veces menos densa que este.

Hay muchas formas de sentir La Mojana con las que las comunidades residentes la identifican. Una de ellas se relaciona con el útero de una mujer, por ser espacio generador de vida. Por eso, allí, además de las obras de infraestructura se despliega la conciencia, resiliencia, responsabilidad ecológica y ambiental de los actores que interactúan en la región: entidades públicas, asociaciones de mujeres, ambientalistas, culturales, de educación, salud, y organismos internacionales, en defensa de la vida humana, la fauna y toda la biodiversidad.

Hace más de 2000 años, La Mojana estaba poblada por la cultura Zenú, que floreció con el desarrollo de una red de canales que tenían la función de convertir las aguas de los ríos San Jorge, Cauca y Magdalena que se desbordaba sobre ese inmenso territorio, en una oportunidad de vida alrededor del agua. Con su sabiduría ancestral transformaron esas grandes extensiones de tierra, en humedales que aprovecharon para desarrollar actividades productivas como la agricultura y la pesca.

Hoy los efectos extremos del cambio climático marcan nuevos ritmos y lleva a los pobladores del exceso del agua a la escasez, en unas líneas de tiempo cada vez más difusas, lo que representa un gran reto a la adaptación, porque los tiempos entre las dos temporadas, de sequía e inundaciones, asociados con los fenómenos llamados del Niño y la Niña, cada año se acortan y se desvanecen.

En este contexto, el Fondo Adaptación empieza el 2024 con un nuevo desafío avalado por el Gobierno Nacional, en cabeza del Ministerio del Interior y de Ambiente y Desarrollo Sostenible, en respuesta a las amenazas del próximo fenómeno de la Niña y en general de la necesidad de que la comunidad desarrolle capacidades de adaptación al cambio climático, como forma de mitigar el impacto.

“Ha sido un trabajo muy arduo con la región, los gobernadores, y todo el gobierno nacional para tener un proyecto integral de La Mojana financiado, proveniente este año de la región Caribe para consolidar esa financiación. El gobierno nacional se comprometió y tiene ya la financiación lista para una obra de reconexión del río Cauca con La Mojana que va por un valor de 1.1 billones de pesos, medio billón de pesos que pone el Sistema Nacional Ambiental, el Ministerio de Ambiente para la Restauración Ecológica, los caños, las ciénagas y medio billón de pesos que ponen los gobernadores de la región Caribe para la protección de cascos urbanos de La Mojana”.

Con ese nuevo impulso y bajo el liderazgo de Helga María Rivas Ardila, Gerente (e) el equipo del Fondo Adaptación presentó su plan de acción y presupuesto para 2024 en el primer Consejo Directivo del año, el pasado 9 de febrero, el cual fue aprobado en su totalidad. Al respecto, la arquitecta y urbanista, Helga Rivas planteó:

“Estamos trabajando para acabar con esas brechas de desarrollo en el territorio e ir convocando cada vez con más fuerza a que quienes son responsables de muchos de los temas que afectan al proceso hídrico de La Mojana para superar estas condiciones de injusticia social desequilibradas que se han visto en esta región y podamos también contribuir a que la discusión genere espacios para que todas y todos asumamos responsabilidades y aquí estamos trabajando desde diferentes niveles de gobierno en una gran convergencia regional".